17 marzo, 2013

¡¡Camarero, por favor!!




¿Por qué motivo frecuentamos un bar, restaurante, granja de menús, etc.? Puede haber varios motivos, pero uno de ellos seguramente es porque somos bien atendidos. Nos sentimos como en casa. El camarero serio o dicharachero sabe exactamente lo que queremos sólo con vernos entrar.

Y no únicamente eso, sino que su actitud es justamente la que queremos en ese día. Si no tenemos ganas de hablar, el camarero nos sirve la consumición y se va; si por el contrario nos encontramos comunicativos, el camarero está dispuesto a explicarnos las vicisitudes del día.

Entrar en ese local nos ahorra tiempo por las mañanas antes de ir a la oficina, pues tras una breve confirmación: “El café con leche y el mini-bocadillo de queso ¿verdad?”… asentimos con la cabeza o hacemos una señal, en tres minutos lo tenemos en la mesa.

06 marzo, 2013

Sofisticación y empleo


Apuesto por el equilibrio

Soy reacia a decir aquello de que “tiempo pasado fue mejor” o al menos no generalizando.

Soy de la opinión que si una cosa funciona para qué tocarlo, eso sí, y también creo que no todo lo anterior se deba desechar.

Apuesto por el equilibrio, es decir, aprovechar lo bueno de las cosas, sean anteriores o posteriores, sean pasado o futuro y por supuesto desechar lo negativo.

Por eso quiero hacer una pequeña reflexión sobre el empleo, ya que es un tema dramático actualmente, pues es el motor de la sociedad y ahora es un lujo, cosa que no debería ocurrir, porque de hecho es un derecho adquirido por las personas.

23 febrero, 2013

Cambiar de mentalidad ¿Es posible?

La Cibeles (Madrid)


No somos conscientes (o sí) de lo mucho que nos ha perjudicado nuestra forma de trabajar. Me refiero en concreto a los países mediterráneos y generalizando, por supuesto (siempre hay honrosas excepciones)

He tenido ocasión de cambiar impresiones con una persona habituada a la forma de trabajar alemana y, cuando me lo contaba, imaginaba lo estupendo que sería poder hacerlo así, aquí, en España.

Me hablaba de un anterior trabajo que tuvo en nuestro país, donde su superior inmediato no le daba las explicaciones, ni las órdenes concretas para realizar su tarea, es más, ni la revisaba, dejándole a ella toda la responsabilidad, pero es que además, al parecer este señor tampoco sabía cómo hacer frente a la solución de posibles problemas que pudieran surgir.

Esto obligaba a la persona empleada a sesiones interminables de trabajo hasta que el proyecto saliera bien, siempre bajo su visión, que (como todo hijo de vecino) no era perfecta.

A veces me sorprendo de cómo salen las cosas, es decir, con esta forma de trabajar ¿es posible que las cosas salgan bien? Hace falta que el empleado sea un auténtico "crack"

En Alemania hay un supervisor del empleado base que, sin controlar, revisa el trabajo y/o te ayuda a realizarlo, tomándose la molestia de enseñarte. Somos humanos y siempre puede haber algún error por pequeño que sea. Se dispone del soporte de los compañeros y las cosas se hablan con claridad, sin dobleces ni eufemismos.


Imagen de una ciudad en Alemania
Esto optimiza mucho cualquier proyecto que se lleve a cabo, cualquier tarea, además de no crear tensión, conciliar la vida laboral con la privada, favorece el trabajo en equipo, las horas trabajadas salen rentables, no hay arribismos. En definitiva, el trabajador hace lo que le gusta, o al menos lo hace con comodidad, no le supone una carga.

Es una manera de ser un poco más feliz.

¿Trabajáis así? ¿Os gustaría hacerlo? ¿Podríamos cambiar nuestra mentalidad?

¿Qué opináis?  Vuestra aportación es muy valiosa.

Gracias por participar. Un gran abrazo

21 febrero, 2013

Necesito organización...


Imagen de la web desecretarias.com


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